Soy coach de nutrición y aficionada de la cocina. Hoy me dedico a ayudar a mujeres que están cansadas de estar inflamadas. Yo fui una de ellas y esta es mi historia.

Soy coach de nutrición y aficionada de la cocina. Hoy me dedico a ayudar a mujeres que están cansadas de estar inflamadas. Yo fui una de ellas y esta es mi historia.

Desde pequeña empezaron mis problemas de salud. En mi niñez tenía miles de alergias, se me hinchaba toda la cara, sentía que no respiraba bien y me salían ronchas por todo el cuerpo. Vivía en la enfermería de la escuela, tenía dolores estomacales a diario y por más que visitara doctores mis pruebas no mostraban nada. Los tratamientos con corticoides me hicieron subir de peso y llegué a tener sobrepeso infantil.

Desde pequeña empezaron mis problemas de salud. En mi niñez tenía miles de alergias, se me hinchaba toda la cara, sentía que no respiraba bien y me salían ronchas por todo el cuerpo. Vivía en la enfermería de la escuela, tenía dolores estomacales a diario y por más que visitara doctores mis pruebas no mostraban nada. Los tratamientos con corticoides me hicieron subir de peso y llegué a tener sobrepeso infantil.

Al llegar a la adolescencia mi sobrepeso se volvió obesidad, tenía dolores de estómago, inflamación, ansiedad, ataques de pánico, fatiga y se me caía el cabello.

A este punto ya había adquirido la etiqueta de “hipocondriaca”, tanto que hasta yo misma me lo creía.

Visité nutricionistas y varios médicos, me hacían exámenes y todo estaba “bien”. Asistí a campamentos para bajar de peso en Estados Unidos, hacía dietas, comía en déficit calórico y NADA funcionaba. Era todo muy frustrante, mis análisis no reflejaban como me sentía. ¿Por qué me sentía mal si todo estaba bien? Al igual que otras mujeres con problemas similares mis quejas no fueron escuchadas y terminé en el psiquiatra.

Empecé a pensar que todo lo que me pasaba era “normal” o que era por mi “genética” que estaba destinada a sentirme siempre así.

Al llegar a la adolescencia mi sobrepeso se volvió obesidad, tenía dolores de estómago, inflamación, ansiedad, ataques de pánico, fatiga y se me caía el cabello.

A este punto ya había adquirido la etiqueta de “hipocondriaca”, tanto que hasta yo misma me lo creía.

Visité nutricionistas y varios médicos, me hacían exámenes y todo estaba “bien”. Asistí a campamentos para bajar de peso en Estados Unidos, hacía dietas, comía en déficit calórico y NADA funcionaba. Era todo muy frustrante, mis análisis no reflejaban como me sentía. ¿Por qué me sentía mal si todo estaba bien? Al igual que otras mujeres con problemas similares mis quejas no fueron escuchadas y terminé en el psiquiatra.

Empecé a pensar que todo lo que me pasaba era “normal” o que era por mi “genética” que estaba destinada a sentirme siempre así.

Al llegar a la adolescencia mi sobrepeso se volvió obesidad, tenía dolores de estómago, inflamación, ansiedad, ataques de pánico, fatiga y se me caía el cabello.

A este punto ya había adquirido la etiqueta de “hipocondriaca”, tanto que hasta yo misma me lo creía.

Visité nutricionistas y varios médicos, me hacían exámenes y todo estaba bien. Asistí a campamentos para bajar de peso en Estados Unidos, hacía dietas, comía en déficit calóricos y NADA funcionaba. Era todo muy frustrante, mis análisis no reflejaban como me sentía. ¿Por qué me sentía mal si todo estaba bien? Al igual que otras mujeres con problemas similares mis quejas no fueron escuchadas y terminé en el psiquiatra.

Empecé a pensar que todo lo que me pasaba era “normal” o que era por mi “genética” que estaba destinada a sentirme siempre así.

Si a este punto te sientes identificada, quiero decirte que todo esto NO es normal, si te sientes así y nadie logra encontrar tu problema es porque no lo están buscando bien. No es tu culpa.

Todo cambió cuando descubrí la medicina funcional, gracias a ella logré encontrar la verdadera causa de mis problemas, seguí un plan e inmediatamente empecé a ver mejoría. Era la primera vez en mi vida que no solo estaba manejando malestares con pastillas, sino que estaba buscando la raíz del problema y resolviéndola.

El camino no fue fácil, tuve que dejar malos hábitos atrás y empezar a escuchar a mi cuerpo.

Entré a Bauman College a adquirir una certificación en nutrición y empecé a crear un plan para mujeres que estén pasando por lo mismo que yo. Así nació este proyecto.

Me dedico a ayudar a mujeres que están hartas de la inflamación y que ya han buscado remedio en todos lados.  Creo planes personalizados para que logren dejar la inflamación en el pasado. Pasé por lo mismo y sé que SI hay una solución.

Todo cambió cuando descubrí la medicina funcional, gracias a ella logré encontrar la verdadera causa de mis problemas, seguí un plan e inmediatamente empecé a ver mejoría. Era la primera vez en mi vida que no solo estaba manejando malestares con pastillas, sino que estaba buscando la raíz del problema y resolviéndola.

El camino no fue fácil, tuve que dejar malos hábitos atrás y empezar a escuchar a mi cuerpo.

Entré a Bauman College a adquirir una certificación en nutrición y empecé a crear un plan para mujeres que estén pasando por lo mismo que yo. Así nació este proyecto.

Me dedico a ayudar a mujeres que están hartas de la inflamación y que ya han buscado remedio en todos lados.  Creo planes personalizados para que logren dejar la inflamación en el pasado. Pasé por lo mismo y sé que SI hay una solución.

Todo cambió cuando descubrí la medicina funcional, gracias a ella logré encontrar la verdadera causa de mis problemas, seguí un plan e inmediatamente empecé a ver mejoría. Era la primera vez en mi vida que no solo estaba manejando malestares con pastillas, sino que estaba buscando la raíz del problema y resolviéndola.

El camino no fue fácil, tuve que dejar malos hábitos atrás y empezar a escuchar a mi cuerpo.

Entré a Bauman College a adquirir una certificación en nutrición y empecé a crear un plan para mujeres que estén pasando por lo mismo que yo. Así nació este proyecto.

Me dedico a ayudar a mujeres que están hartas de la inflamación y que ya han buscado remedio en todos lados.  Creo planes personalizados para que logren dejar la inflamación en el pasado. Pasé por lo mismo y sé que SI hay una solución.

¿Estás lista? Ahora es tu turno, ¡Cuéntame tu historia!